Consiste en la reposición de volúmenes faciales mediante la utilización de materiales de relleno también conocidos como fillers.  Lo normal con el paso del tiempo es que se produzca una paulatina atrofia de los tejidos grasos que se encuentran debajo de la piel. Otros no se atrofian pero si descienden colocándose en posiciones inferiores por efecto de la gravedad. Decimos que una cara joven tiene una forma parecida a un corazón mientras que una envejecida adopta formas más parecidas a una pera. 

En ocasiones nos encontramos con pacientes jóvenes que presentan distribuciones de volúmenes mejorables a pesar de su edad. Podemos cambiar ciertas proporciones para conseguir rostros más bellos y armónicos.

Las zonas más frecuentes de voluminización facial son: 

• Pómulos
• Mentón
• Línea mandibular
• Huecos temporales
• Surcos nasogenianos y líneas de marioneta.

Los productos de relleno que utilizamos para la Voluminización facial son reabsorbibles. Su duración media se sitúa entre los 12 y los 24 meses, de modo que la paciente deberá repetir el tratamiento si quiere mantener el resultado.