¿En qué consiste la operación de nariz?

La alteración en la forma de la nariz es una de las deformidades estéticas que ocasiona mayores trastornos psicológicos. La rinoplastia es una intervención quirúrgica destinada a la corrección de deformaciones nasales mediante la modificación de su forma, lo que conlleva a una mejora del equilibrio y la armonía facial. Es una de las operaciones más frecuentes que realiza el cirujano plástico. La nariz se encuentra en el centro de la cara y marca mucho el aspecto de ésta.

No podemos verla como un ente aislado, sino que hay que englobarla con el resto de las facciones faciales. El tratamiento más satisfactorio será aquel en el que tengamos en cuenta la forma y proporciones de la nariz y su relación con las estructuras que la rodean.

Cada rinoplastia es un caso diferente que debe evaluarse con detenimiento. Aunque frecuente, no deja de ser un procedimiento complejo y el tratamiento exigirá un diagnóstico y una intervención quirúrgica de máxima precisión. No se trata únicamente de reducir o aumentar el tamaño de la nariz, sino de adaptarlo a las facciones y características propias de cada persona.

Además de ser un elemento clave en la estética facial, la nariz es un órgano respiratorio cuya función tiene una gran trascendencia. En aquellos casos que el paciente presente un déficit de la función respiratoria deberá corregirse durante la misma intervención, conjuntamente con las deformidades estéticas.

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 ¿Qué puedo esperar de la primera visita?

En tu primera visita hablarás directamente con el Dr. de Francia que valorará tu caso y te planteará y explicará el tratamiento más adecuado. Es muy importante que te expliques de la mejor forma posible acerca de tus inquietudes y expectativas, haciendo uso de fotos u otros materiales que te puedan ayudar ya que permitirá considerar el mejor tratamiento.

Se realiza una exploración para ver con detenimiento: el aspecto general de tu nariz y sus relaciones con el resto de la cara, la función respiratoria, la calidad y grosor de la piel, la rectitud del tabique nasal, la presencia de giba en el dorso, el grosor y anchura de la punta, si está más o menos caída, etc. Con toda esta información, estarás preparado para recibir todas las explicaciones pertinentes sobre su tratamiento. Te explicaremos detenidamente la técnica quirúrgica, el postoperatorio, el tamaño y localización de las cicatrices, las posibles complicaciones y resolveremos las dudas que te puedan surgir.

El Preoperatorio de la rinoplastia

Tendrás que realizar unas pruebas preoperatorias que constan de analítica completa (incluyendo hemostasia), electrocardiograma y radiografía de tórax. Una vez decidida la realización de la intervención te facilitaremos una Guía del Paciente donde encontrarás diversas recomendaciones para antes y después de la cirugía, así como el tratamiento médico que deberás seguir en casa durante los primeros días.

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La intervención quirúrgica en una operación de nariz

La duración de la intervención media varía entre una y dos horas. Es una técnica que requiere gran sutileza y precisión ya que variaciones de milímetros se traducen en resultados muy diferentes. Se debe entender la nariz como una estructura formada por diferentes cartílagos y hueso, rodeada por piel que se adapta a la forma de la estructura. Las distintas maniobras quirúrgicas van encaminadas a corregir la forma y tamaño de los cartílagos y huesos nasales, sabiendo que después la piel se retraerá adoptando la forma que les hayamos dado. Otro aspecto a tener en cuenta es que debemos considerar la nariz como un todo, es decir, no podemos dividirla y tratarla por partes ya que todas ellas están relacionadas. Por ejemplo, si reducimos el tamaño de la punta nasal, afectará al dorso que ahora parecerá más prominente.

El objetivo de la rinoplastia es mejorar el aspecto de la nariz al mismo tiempo que se mantiene o mejora su función respiratoria. Todo lo que mejore la estética nasal puede tener consecuencias negativas a nivel funcional por lo que las técnicas de rinoplastia actuales no quitan tanto tejido como las de antes. Actualmente reforzamos y damos soporte a las estructuras para cambiar la forma y si quitamos algo de tejido lo reconstruimos. Así obtenemos resultados totalmente naturales y duraderos tanto en la estética como en la funcionalidad.

Existen dos tipos de rinoplastia:

Rinoplastia cerrada

Las rinoplastias cerradas (están escondidas dentro de la nariz) las reservamos para aquellos casos más sencillos ya que la cantidad de maniobras quirúrgicas son más limitadas. En general la utilizaremos en aquellos casos en los que queramos tratar una giba o caballete del dorso demasiado prominente, afinar ligeramente la punta y estrechar el dorso nasal.

Rinoplastia abierta

Las rinoplastias abiertas, además de las incisiones internas se realiza una externa en la columela (el fragmento de piel entre los agujeros de la nariz o narinas) para poder levantar la piel y ver bien los cartílagos) son tendencia actualmente ya que nos permiten realizar un diagnóstico más certero al levantar la piel y visualizar las estructuras óseas y cartilaginosas. A continuación, tendremos a nuestra disposición un amplio abanico de maniobras quirúrgicas para modificar los cartílagos nasales, ya sea reduciéndolos, doblándolos, reforzándolos o aumentándolos mediante el uso de injertos.

En general, utilizaremos la rinoplastia abierta:

  • Con narices desviadas
  • Con narices problemas respiratorios
  • Cuando queramos modificar la punta de la nariz
  • En pacientes ya intervenidos
  • En casos más complicados en general

Tras la cirugía de nariz colocaremos un taponamiento nasal y una férula de material termoplástico para que mantenga la forma los primeros días.

La anestesia y la hospitalización La intervención se realiza bajo anestesia general. La duración del ingreso suele comprender la noche posterior a la intervención. De esta forma estarás más controlado en las primeras horas tras la cirugía y la administración de medicación intravenosa permitirá controlar tus síntomas para que prácticamente no sientas molestias.

El Postoperatorio de la cirugía de nariz

Contrariamente a la opinión generalizada, la rinoplastia es una intervención muy poco dolorosa. La gente suele quejarse más del taponamiento nasal que se ha de llevar las primeras 24 horas y que obligan a respirar por la boca. Después de la intervención, alrededor de las 24 primeras horas, sentirás la cara hinchada, te dolerá un poco la nariz y tendrás un dolor de cabeza que podrás paliar con medicación. El primer día lo mejor será estar en cama con la cabeza elevada (excepto para ir al baño).

Los primeros tres días notarás que van incrementando los morados y la hinchazón alrededor de la nariz. Si te aplicas compresas frías, reducirás las inflamaciones y te sentirás mucho mejor. La mayoría de morados suelen desaparecer a la semana.

Son comunes pequeñas hemorragias durante los primeros días. Es importante que no te suenes durante una semana, mientras los tejidos se curan. La férula deberás llevarla día y noche durante siete días y sólo por la noche otros siete días más. Los puntos se retirarán a los 5/7 días.

La mayoría de los pacientes de rinoplastia se recuperan en dos días y pueden volver a hacer su vida habitual. El Dr. de Francia indicará algunas pautas de lo que puedes ir haciendo a medida que vaya pasando el tiempo y así poco a poco volver a tus actividades diarias. Probablemente te sugerirá que evites las actividades bruscas (footing, nadar, inclinarse, relaciones sexuales… cualquier actividad que incremente la presión de la sangre) durante dos o tres semanas. Deberás evitar frotarte o golpearte la nariz y exponerla al sol durante las primeras cuatro semanas. Ten mucho cuidado a la hora de lavarte el pelo y la cara o de maquillarse.

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Puedes llevar lentillas en cuanto te sientas preparado pero, respecto a las gafas, una vez te retiremos la férula, deberás aguantarlas sin tocar la nariz unas cuatro semanas, hasta que la nariz esté totalmente curada.

Quiero conocer los posibles riesgos

Cualquier intervención presenta riesgos de complicaciones, como infección o reacciones a la anestesia, pero en una rinoplastia no son habituales y suelen ser de muy poca importancia. Es muy importante seguir las instrucciones del cirujano y su equipo antes y después de la rinoplastia para minimizar la posibilidad de estas complicaciones. Después de una rinoplastia cerrada no hay cicatrices. En el caso de las rinoplastias abiertas tendrás una mínima cicatriz en la columela que con el tiempo se hará prácticamente imperceptible.

Los primeros días pueden ser frustrantes ya que la inflamación no nos dejará ver el resultado. Al mes podrás comenzar a apreciar importantes mejorías, pero ten en cuenta que inflamaciones mínimas, menores de un milímetro, imposibilitan apreciar el aspecto definitivo de la nariz. No será hasta pasado el año cuando la nariz se deshinche del todo y la piel se adapte del todo a su nueva forma.