¿A quién va dirigido?

La cruroplastia o estiramiento de los muslos es una intervención quirúrgica que se realiza para corregir aquellos muslos que se presentan descolgados. En ocasiones los pacientes están preocupados porque tienen la sensación de que les sobra piel en la cara interna de los muslos, otras veces porque acumulan mucha grasa además de piel. Frecuentemente les molesta el roce de un muslo con otro al andar. Cuando hablamos decruroplastia nos referimos principalmente al tratamiento de la cara interna de los muslos.

Inicialmente, los pacientes con excesiva grasa en la cara interna de los muslos (y en el muslo en general) se tratan con lipoescultura. Si la cantidad de la grasa acumulada es moderada y el paciente es joven y tiene una buena calidad de piel, la aspiración de la grasa por liposucción es suficiente para remodelar el contorno y conseguir un resultado satisfactorio. Sin embargo, cuando nos encontramos en grados más avanzados, con depósitos grasos más marcados y  una piel flácida y muy colgante con poca capacidad retráctil, tendremos que completar la lipoescultura con una exéresis o retirada de la piel sobrante.

Si estás considerando la operación debes tener en cuenta:

  • Has de ser emocionalmente maduro y estar totalmente seguro del porqué quieres operarse
  • Debes tener expectativas realistas
  • Si la acumulación excesiva de piel en la cara interna de los muslos de forma que te produce un descolgamiento en dicha zona, puede ser producida por la pérdida importante de peso.
  • Tienes un exceso de piel acompañado de un exceso moderado de grasa. Además tu piel es bastante fina y flácida

La cruroplastia disminuye el volumen y la circunferencia de los muslos y tensa la piel  hacia arriba y hacia el centro para mejorar la forma y el contorno.

¿Qué puedo esperar de la primera visita?

En tu primera visita hablarás directamente con el Dr. de Francia que valorará tu caso y te planteará y explicará el tratamiento más adecuado. Es muy importante que le expliques de la mejor forma posible cuales son tus inquietudes y cuales son tus expectativas, haciendo uso de fotos u otros materiales que te puedan ayudar ya que permitirá considerar el mejor tratamiento para tu caso particular.

Tras la valoración te explicará cuales son las posibilidades reales de resultado que se podrían obtener teniendo una tipo de piel como la tuya.

A continuación se realizará una exploración para ver con detenimiento: el estado general de los muslos, la cantidad de grasa y piel acumulada, la presencia de estrías, las posibles cicatrices de intervenciones previas, etc.

Al finalizar, te explicaremos detenidamente la técnica quirúrgica, del tamaño y localización de las cicatrices, de las posibles complicaciones y resolveremos las dudas que te puedan surgir.

El Preoperatorio

Tendrás que realizarte las pruebas preoperatorias. Constan de analítica completa (incluyendo hemostasia), electrocardiograma y radiografía de torax.

Una vez decidida la realización de la intervención te facilitaremos una Guía del  Paciente donde encontrarás diversas recomendaciones para antes y después de la cirugía, las especificaciones de la faja que tendrás que llevar durante el primer mes, así como el tratamiento médico que deberás cotinuar en casa durante los primeros días.

La intervención quirúrgica

La duración habitual de una cruroplastia varía entre dos y tres horas.

La cruroplastia se comienza realizando una liposucción de la cara interna de los muslos. Si el paciente tiene acúmulos grasos en otras zonas de los muslos o las piernas   realizaremos también la lipoescultura de dichas zonas a continuación. A medida que vamos quitando grasa vamos adelgazando el panículo que se encuentra bajo la piel de forma que cada vez nos sobra más piel. En los casos de pacientes muy delgadas, que sólo presentan un exceso de piel, no será necesario realizar esta liposucción previa.

A continuación se realiza una incisión a nivel de las ingles, comenzado aproximadamente a nivel de la mitad de la cara anterior del muslo y extendiéndola hacia atrás hasta el pliegue subglúteo. Siempre en el pliegue de unión entre el muslo y el tronco, que es donde se debe alojar la cicatriz definitiva resultando más disimulada.

Desde esta incisión estiraremos de la piel hacia arriba y hacia el medio y quitaremos toda la piel que nos sobre. Una vez retirada coseremos los dos bordes de piel a nivel del pliegue inguinal. En el mismo quirófano se le colocará la faja que deberás llevar durante el primer mes.

Dejaremos dos tubos de drenaje que retiraremos al día siguiente.

La anestesia y la hospitalización

La intervención se realiza bajo anestesia general. La duración del ingreso suele comprender la noche posterior a la intervención.  De esta forma estarás más controlado en las primeras horas tras la cirugía y la administración de medicación intravenosa permitirá controlar tus síntomas para que prácticamente no sientas molestias.

El Postoperatorio

Tras el lifting de muslos es normal que te sientas cansado y molesto durante unos días. Deberás estar en reposo en la cama tres o cuatro días, sin someter a tensión las suturas. Podrás hacer una vida normalizada sin excesivas tensiones al cabo de una semana. La mayor parte de tus molestias se tratarán con medicación.

En unas 24 horas te retiraremos vendajes y drenajes y te indicaremos el tipo de medias que debe emplear. Las sensaciones extrañas en la piel y la hinchazón más importante disminuirán en más o menos tres semanas.

Las suturas se retirarán aproximadamente en dos semanas. Pero la pierna tardará algunas semanas más en recuperar su aspecto normal.

Podrás volver a tu trabajo en unas tres semanas dependiendo del nivel de actividad que requiera.

Es muy probable que tus piernas estén más sensibles a la estimulación directa en dos o tres semanas, de forma que evita el contacto físico. De manera progresiva volverán al estado normal.

Las cicatrices estarán endurecidas y rosadas durante los primeros seis meses. Después se irán atenuando hasta hacerse muy poco evidentes.

Quiero conocer los posibles riesgos

El principal problema de la cruroplastia son las cicatrices. Dependiendo del caso serán más o menos largas, siempre en los pliegues inguinales, pero inevitables. Su localización las hace fácilmente disimulables con ropa interior o de baño, pero una vez desnudos es fácil que se noten. El paciente deberá valorar si le merece la pena mejorar el volumen y el contorno a cambio de las cicatrices.

Además son estas cicatrices las que más atención deberán recibir en el postoperatorio ya que por su localización y tamaño tienen más tendencia a abrirse (dehiscencia) que en otras zonas como abdomen o pecho. Para evitarlo es de vital importancia que el paciente no fume en los tres meses anteriores a la cirugía.

Las demás posibles complicaciones son comunes al resto de cirugías.